Titulo

domingo, 31 de mayo de 2009

Activación de un virus

Cuando se activa un virus, las consecuencias son de lo más diversas. Desde las más inocentes como hacer sonar una melodía, poner un mensaje en pantalla, hacer llover caracteres por nuestra pantalla o cambiar la etiqueta de nuestro disco hasta de lo más devastadoras como formatear el disco duro, borrar la CMOS, destruir el sector de arranque, borrar archivos, destruir o encriptar la FAT, etc.

El detonante de esta situación, el módulo de activación, determina cuándo el virus ha de realizar su función visible.

Un virus puede estar programado para realizar su acción nociva poco a poco e ir degradando así la integridad de la máquina o bien programado como una bomba lógica y realizar esta acción una sola vez en un momento determinado (una fecha concreta, una hora, al cumplirse cierto número de ejecuciones e incluso de forma aleatoria).


Esquema de activación de un virus:

El esquema de ejecución de un virus es sencillo, si se cumple la condición definida en el módulo de activación, descarga su efecto nocivo y en caso contrario trata de desplegarse por el sistema. A partir de este esquema básico, podemos distinguir los virus de acción directa y los virus residentes.


Los de acción directa tienen un mecanismo de infección simple. Toman el control del equipo, infectan a otros archivos y se descargan de la memoria. Son fáciles de programar y de escasa difusión (menos del 1%), pues son de infección lenta.


Los virus residentes son mucho más que un simple programa TSR, pues utilizan diversas técnicas para ocultarse y controlar de alguna forma la máquina propagándose por el sistema en cualquier momento, por ejemplo cuando se arranca un programa, se hace un simple DIR, o se introduce un nuevo disco en la unidad.

No hay comentarios:

JUEGO MEGAMAN